Textos de Fulgencio Castañar (Catedrático de Lengua y Literatura españolas, historiador) y Guiatietar. Imágenes de archivo Guiatietar, Fernando Rivero, Fernando Chinarro, Ayto. de Arenas de San Pedro y vuestras.
Hontanares Ramacastañas La Parra
A su izquierda, en sentido descendente, está la parte antigua de la localidad, ayuntamiento, iglesia, barrios viejos y el castillo. A la derecha la ampliación que surgió tras la construcción del palacio de D. Luis Antonio de Borbón en el último tercio del siglo XVIII.
El castillo, situado junto al río para facilitar su defensa, lo manda construir el Condestable Ruy López Dávalos poco después de que el rey Enrique III le adjudicara el señorío sobre el concejo en 1393.
En esta fecha Arenas de San Pedro pasó casi sin solución de continuidad de pertenecer al alfoz de Ávila a la tutela señorial del citado Condestable, quien el mismo año había conseguido del Rey, para poder obtener su dominio sobre la población, el título de villazgo para el pueblo.
Aún quedan los muros exteriores del castillo y la torre del Homenaje, mientras que el espacio interior se ha acomodado para actos culturales y festivos.
La caída del Condestable Dávalos en 1422, por apoyar a los Infantes de Aragón frente al rey D. Juan II, no aportó al municipio la liberación de la tutela nobiliaria ya que el rey adjudicó su jurisdicción poco después, por la importancia que el término arenense tenía en la economía, a la familia Pimentel, condes de Benavente.
El matrimonio de la condesa doña Juana de Pimentel con don Álvaro de Luna hizo que la suerte de Arenas de San Pedro, y -
- luego casi todo el Valle del Tiétar, estuviese unida a los avatares de las relaciones del Condestable don Álvaro de Luna con la Corona, ya que una parte de la fortuna del Privado va a provenir de los pastos de las riberas del Tiétar y de los ganados que transcurrían hacia las tierras cálidas del sur pues el rey le había otorgado los señoríos de El Colmenar, hoy Mombeltrán, y de La Adrada.
La caída de don Álvaro de Luna influyó también el destino de cuantos le rodeaban, especialmente en el de su mujer e, indirectamente, en el de muchos arenenses que guerrearon para defender los derechos de doña Juana a sus posesiones, por lo que ésta, agradecida, cedió algunas dehesas al municipio.
La explanada que antecede al castillo se ha convertido en una plaza que lleva el nombre del Condestable Dávalos y en ella puede contemplarse una estatua de José Navarro Gabaldón en la que muestra el lado contemplativo de San Pedro de Alcántara, bajo cuyo patrocinio está la localidad por haber muerto en ella. Es este uno de los hechos más significativos para la vida del concejo hasta el punto de que lo incorporó al nombre del municipio. La estancia de San Pedro de Alcántara en el pueblo tenía como objetivo hacer una fundación en el eremitorio de S. Andrés del Monte, actual santuario.
Cuenta Arenas con una excelente iglesia gótica (s. XV-XVI) de tres naves sostenidas por cuatro columnas centrales y ocho adosadas al muro de cerramiento. La torre, del siglo XV, tiene cuatro cuerpos. En el siglo XX la iglesia ha sido restaurada y el presbiterio fue decorado con pinturas murales por Martínez Vázquez en las que muestra la aparición de la Virgen a Santiago Apóstol.
En los laterales hay pinturas murales del P. Ibáñez en las que los motivos nos muestran la Trasverberación de Santa Teresa y la Imposición de llagas a S. Francisco.
En la plazuela hoy conocida como de las Monjas se levantó, en el siglo XVII, el convento de las religiosas Agustinas Recoletas que, durante la guerra de la Independencia, fue incendiado, igual que el masculino situado en el Alto de San Agustín; sin embargo, por estar situado en el pueblo, se logró impedir que el fuego destruyese la iglesia de las monjas y hoy sigue como lugar de culto, convertida en capilla.
Queda en pie solamente una vieja ermita de las cinco que había en el pueblo; está en el arranque del camino de las Sabinas y en ella se venera al Cristo de los Regajales.
Lo más llamativo de ella son los chapiteles góticos que nos hablan del periodo floreciente en que se construyó para humilladero de quienes salían y entraban en del pueblo.
La centuria del XVIII ve trasformarse notablemente el entorno de Arenas ya que el Infante D. Luis A. de Borbón decide instalarse en la villa y en ella erige su palacio residencial. Por la magnitud del proyecto, el edificio, que ha sido adquirido hace pocos años por el Ayuntamiento, quedó a medio levantar. La pronta muerte del Infante truncó unas expectativas venturosas -
para Arenas de San Pedro ya que, en el corto período (1779-1785) que lo habitó D. Luis, tuvo intensa vida palaciega.
Para el Infante trabajaba permanentemente el músico Boccherini y Goya acudió en los veranos de 1783 y 1784 para retratar a la familia.
Como concesión medieval la villa celebra cada año fiestas en los días finales del mes de agosto y a la Virgen del Pilar se la ensalza como patrona el día 8 de septiembre. La festividad de San Pedro Alcántara es el 19 de octubre.
Como otros pueblos del Bajo Tiétar, junto a los ritos religiosos, la presencia -
de acontecimientos taurinos es inevitable en sus fiestas y, en las últimas décadas, a las tradicionales capeas, corridas y encierros, se ha incorporado, como un atractivo más, el toro de fuego. Recientemente se ha recuperado en la celebración del martes del carnaval uno de los viejos ritos locales, la tendida de la bandera y el ofertorio.
El fuerte crecimiento urbanístico que conoció Arenas de San Pedro con el desarrollo inicial del turismo en los años cincuenta -el pueblo cuenta con piscina y polideportivo municipal- trajo consigo la remodelación del paisaje urbano con
la consiguiente destrucción de la mayor parte de las edificaciones de arquitectura popular; sin embargo, en la actualidad, aún quedan rincones en los barrios viejos -La Nava y El Canchal- en los que se puedan apreciar la belleza de la casa entramada y el encanto de las perspectivas, con la sierra al fondo, que dan a las calles estas construcciones.
En la gastronomía más noble está presente la caza, ya sea perdiz con alubias, ya sea perdiz a la cazadora, o liebre a la chita callando, o la caldereta de venado o jabalí. Actualmente son más habituales en las mesas las carnes de la cabaña ganadera y éstas son las que se llevan la palma: así el cochinillo, el cordero asado, el cabrito cochifrito y los chuletones de ternera.
Como contrapunto o guarnición, las verduras de las huertas de Ramacastañas o de Los Llanos, pero también los níscalos al ajillo, a la plancha, o en revueltos, etc.
Junto a la grandiosidad de la sierra y el verde perenne del pinar que rodea la población, Arenas de San Pedro ofrece, además, el subsuelo sorprendente de las cuevas del Águila, junto a la llanura del Tiétar. En el convento de San Pedro, al que se lleva por un bello paseo cuyo desvío se toma en la carretera de Ávila, el museo alcantarino permite conocer algunos aspectos del temple, reciedumbre y forma de entender la religiosidad del místico que ayudó a Santa Teresa a llevar adelante la reforma del Carmelo.
Además de buenos restaurantes, hay que indicar que para el alojamiento hay en la ciudad varios hoteles, hostales, casas rurales e, incluso, hubo un camping, no lejos del pueblo, en las proximidades del río Arenal.
En los últimos años el Ayuntamiento organiza numerosos festejos lúdicos y culturales en el marco del castillo medieval; entre ellos ha sobresalido la representación de una historia local cuyo texto, con el título de Fantasía para una condesa, ha escrito uno de los máximos conocedores de la historia del Valle del Tiétar, Eduardo Tejero Robledo.
Es un lugar con entidad propia ya desde antiguo pues se conoce que su iglesia, dedicada a Ntra. Sra. de la Asunción, pagaba rentas al Obispado de Ávila en el año 1250, aunque es posible que su curato figurase como anejo a la parroquia de Arenas de San Pedro. En lo civil, pese a que en nuestros días está unido al municipio de Arenas, ha tenido autonomía municipal durante varios siglos, por lo que, como nos asegura Madoz en 1850, tenía ayuntamiento propio e, incluso, para las doscientas noventa y siete almas que entonces se censaban, una cárcel.
El pueblo está situado, a 695 m. de altura, en un punto estratégico para la comunicación de Arenas de San Pedro con el valle del Barranco; el pequeño caserío se halla rodeado de huertos de olivos, castaños y pinares que son, junto con la ganadería, principal riqueza de los parreños. A las casas tradicionales hay que unir la proliferación de chalet y adosados como consecuencia del encanto que ofrece el lugar.
Aunque en algunos aspectos depende de Arenas, por su proximidad geográfica y administrativa, tiene una fuerte personalidad de ahí que haya tenido formas distintas de realizar ritos y tradiciones y, en la actualidad, mantengan sus habitantes costumbres y fiestas propias. Para sus fiestas escogen como centro a la Virgen y organizan los actos religiosos y profanos el día de la Asunción (quince de agosto) por ser la patrona y el primer domingo de octubre en honor de la Virgen del Rosario.
Por la placidez de la vida del entorno es un atractivo lugar de descanso y el turismo de naturaleza.
Anejo de Arenas de San Pedro
La humildad de Ramacastañas en la actualidad no permite hacerse una idea de la importancia que tuvo en el pasado para la economía de los señores de Arenas y Mombeltrán puesto que su ubicación era clave para el tránsito de ganados.
El aumento de la trashumancia, a medida que se aleja el peligro musulmán, enriquece a los señores que cobran tributos por el paso; en el caso de Ramacastañas, tanto si iban al puerto del Pico como si se dirigían -
hacia el este del valle era el lugar para cobrar el portazgo, como nos indica el hecho de que su nombre fuese cambiado por el de Puerto de Arroyo Castaño.
Sus habitantes han centrado su vida tanto en la ganadería como en la agricultura y las actividades relacionadas con la explotación del bosque. Sus festejos actuales y la participación de todos los miembros del lugar en ellos nos hablan de una población fuertemente anclada en -
tradiciones ancestrales como es la hoguera ritual que se enciende con motivo de San Sebastián y el reparto del bollo, que se hace a todos los vecinos tras los actos religiosos, nos indica la solidaridad entre ellos. En octubre es la Virgen del Rosario la que les hace rezar y danzar durante varios días.
Su posición de cruce de caminos se ha realzado, en la segunda mitad del siglo XX, al descubrirse las Cuevas del Águila y nacer en este enclave el ramal que se dirige hacia esa maravilla de la naturaleza.
Anejo de Arenas de San Pedro
Apuntes históricos extraidos de la Web del Ayto. de Arenas de San Pedro
Transformación del pueblo con la carretera y electrificación de las vías públicas. Durante la Guerra Civil el pueblo está en manos de los republicanos hasta el mes de septiembre de 1936. Tras la guerra la villa de Arenas de San Pedro alcanza el título de ciudad y, al continuarse una labor ya iniciada en los años veinte, se convierte en foco de atracción turística.
En 1962 con motivo de la celebración del III Centenario de la muerte de San Pedro de Alcántara se convoca un concurso nacional para la erección de una estatua siendo premiado el proyecto presentado por José Navarro Gabaldón cuya estatua se coloca en los jardines que hay en la explanada del castillo.
En 1963 se descubren las Cuevas del Águila. Reconstrucción del Ayuntamiento y creación de numerosos edificios de carácter público para poder gestionar con los adelantos técnicos modernos la vida de una localidad en la que hay censados más de 7500 vecinos; en verano se duplica el número de habitantes con la presencia de miles de veraneantes que acuden atraídos por el encanto del paisaje, por la bondad de su clima y por la diversidad de formas con que pueden se puede llenar el ocio en nuestro municipio entre las que destaca el placer de disfrutar de excelentes productos naturales tanto de la ganadería como de la agricultura de la comarca así como gozar de las aguas frescas y cristalinas de sus ríos.
En las páginas de historia del Valle del Tiétar hay dos capítulos directamente realacionados con Arenas de San Pedro: El Infante D. Luis Antonio J. de Borbón y el Santuario de San Pedro de Alcántara, ambos de relevancia en la historia y el presente de Arenas. Cuando estén actualizados haremos las correspondientes conexiones para acceder a ellos.
Dónde comer, cenar y tapear. Restaurantes, mesones, tabernas, cervecerías, a la carta o con menús, ir de tapas y raciones, restauración gastronómica.
Turismo, empresas, profesionales, restaurantes, hoteles, turismo rural, industrias, comercios y servicios. Comarca del río Tiétar en la Sierra de Gredos.
Hoteles en Gredos, alojamiento hotelero, hostales, casas rurales, apartamentos turísticos, camping, bungalows, hoteles rurales, albergues.
Celebra tu boda en la Sierra de Gredos en plena naturaleza, en restaurantes, hoteles, con servicio de catering, en fincas o salones de boda.
Contacta con al administración Web Valle del Tiétar sur de Gredos
El Valle del Tiétar en Redes